Imprescindibles en Repostería

Guía práctica y honesta de mis básicos de repostería con criterios de compra y tips reales de uso.

Camila Vasconcelos

9/10/20259 min leer

a kitchen counter top with a mixer, cookie doughnuts and a cookie
a kitchen counter top with a mixer, cookie doughnuts and a cookie
Introducción

Cuando empecé en repostería me lanzaba a comprar todo lo que veía. Llegó un punto en que ya no tenía espacio para nada más: hice fotos de lo que no usaba y lo vendí en Wallapop (después algunas personas pensaron que había dejado de hacer tartas, jajaja). Mis bundt cakes son otra historia, esa colección no cuenta. Hoy soy mucho más práctica: en mi cocina no hay gadgets por moda, hay básicos que me ayudan a repetir resultados. Vengo del mundo de I+D+i, así que me obsesiona la padronización: misma textura y sabor, lote a lote. En esta guía te cuento lo que uso de verdad: por qué merece un sitio, cómo elegir sin tirar dinero y cómo lo uso para que bizcochos, cookies, cremas y glaseados salgan a la primera. Menos improvisación, más control. Postres ricos, sin dramas.

Cómo priorizar compras

  • Empieza por lo versátil: con 8–12 piezas cubres el 90% de recetas caseras.

  • Elige materiales duraderos: acero al carbono, aluminio anodizado, vidrio y silicona platino.

  • Ajusta a tu horno y espacio: mide tu bandeja y altura útil antes de comprar moldes altos.

  • Compra en fases: básico → especialización (boquillas, moldes temáticos, etc.).

Báscula digital

Por qué la necesitas: En repostería, los gramos mandan mas que lo imaginas. Esa diferencia de 3–5 g cambia la textura de un bizcocho, una cookie o una masa. Olvídate de “tazas y cucharas” pero principalmente olvidaté del “a ojo”: con báscula no hay sorpresas.

Aquí en mi cocina la uso siempre, no solo por mi formación en laboratorio. Es mi “seguro de calidad”: me garantiza estandarización (padronización) y resultados replicables lote a lote: misma textura, mismo sabor, cada vez.

Cómo elegir (sin complicación):

  • Tara rápida para ir sumando en el mismo bol (menos cacharros, mais práctico).

  • Plataforma estable y pantalla clara que se lea bien mientras trabajas.

  • Precisión de 1 g para el día a día; si haces macarons o masas muy finas, busca resolución de 0,1 g.

Tip de uso: Colócala en una superficie firme y nivelada. Si vibra la encimera, los números bailan, y tu receta también.

Batidora de pie (planetaria)

Por qué la necesitas: Para airear masas, montar merengues y cremar mantequilla con azúcar sin sufrir de brazo. La planetaria aporta potencia constante y control, logrando mezclas homogéneas y texturas estables en menos tiempo. Ideal para galletas, bizcochos, buttercreams, dónuts y masas de pan.

En mi cocina tengo una KitchenAid roja y, por el volumen que manejo, la uso a diario para cookies, merengues y cremas. Para tandas pequeñas o un batido rápido, recurro a la batidora de mano. Elegir la herramienta según el volumen te ahorra tiempo (y platos).

Cómo elegir (sin complicación):

  • Bol mediano (≈4–5 L) para recetas familiares; si haces tandas grandes, considera más capacidad.

  • Tres accesorios clave: globo (airea), pala (crema y masas semi-densas) y gancho (amasado).

  • Control de velocidad con arranque suave y estabilidad; cabezal abatible o elevación de bol según tu espacio.

  • Estabilidad y peso: menos vibración, mejor amasado.

  • Limpieza fácil (bol de acero, piezas aptas para lavavajillas) y repuestos/accesorios disponibles.

  • Ruido contenido: tus oídos (y vecinos) lo agradecen.

Si no la tienes: Batidora de mano + espátula de silicona funcionan perfecto para volúmenes pequeños. Ajusta tiempos y observa la textura.

Termómetro digital

Por qué lo necesitas: Temperatura = textura y seguridad. Evitas mantequilla cortada, merengues granulados, chocolate fuera de punto y siropes pasados. Además, te garantiza padronización lote a lote: mismo resultado, siempre.

Siempre tengo uno de sonda a mano para templar chocolate y trabajar almíbares.

Cómo elegir (sin complicación):

  • Sonda fina y rápida (respuesta ≤ 3 s), rango aprox. –50 a 300 °C.

  • Lectura estable con retroiluminación y función HOLD.

Tip de uso: Introduce la sonda en el centro sin tocar fondo ni paredes; limpia y desinfecta tras cada uso.

Espátula de silicona (lengua)

Por qué la necesitas: Aprovechas hasta la última gota y cuidas la textura. Sirve para mezclar, plegar (folding), raspar boles y cocinar cremas sin rayar tus utensilios. Resultado: masas homogéneas, menos desperdicio y control fino.

Tengo varias: una mini para esquinas y mermeladas, una mediana y flexible para cremas, y otra más firme para masas densas (rellenos, brigadeiros).

Cómo elegir (sin complicación):

  • Silicona 100% grado alimentario, resistente a 230–260 °C.

  • Cabeza de una pieza (monoblock) o unión sellada: más higiene, sin grietas donde se esconda masa.

  • Mango cómodo y antideslizante (silicona o acero con buena ergonomía).

  • Formas útiles: tipo lengua (recta) para raspar y la spoonula (cuchara‑espátula) para servir.

Si no la tienes: Una cuchara de silicona rígida o una lengua de panadero de plástico te sacan del apuro. Evita siempre madera., pues no es muy fácil la desinfección.

Tamiz / colador fino

Por qué lo necesitas: Para airear harinas, cacaos y almidones, romper grumos y lograr masas más ligeras. En salsas, coulis y cremas, un colado fino deja texturas lisas. También es perfecto para espolvorear cacao o azúcar glas de forma pareja.

Uso tamiz cuando preparo bizcochos y galletas (reparte mejor la levadura química) y colador fino para cremas, curds y coulis. Resultado: menos grumo, más consistencia y presentación bonita.

Cómo elegir (sin complicación):

  • Malla fina de acero inoxidable (mejor si es doble malla para líquidos/glasas).

  • Aro sólido y asa cómoda; si trae gancho/labio para apoyar en el bol, suma estabilidad.

  • Diámetro cómodo para tus boles y cacerolas (que apoye sin caerse).

  • Fácil de limpiar y sin uniones donde se acumule harina.

  • Tamiz de manivela: útil si tamizas mucha harina; colador fino: más versátil para sólidos y líquidos.

Si no lo tienes: Pasa la harina por un batidor de mano dentro del bol (airea bastante) o rompe grumos con un tenedor y remueve bien.

Moldes básicos:

(desmontable 20 cm + rectangular)

Por qué los necesitas: Los moldes correctos te dan forma, altura y cocción uniforme. Bordes limpios, desmolde sin dramas y resultados consistentes.

Uso un desmontable de 20 cm para cheesecakes y bizcochos altos, y un cuadrado 20×2 para brownies, para moldes he probado muchos en mi vida, y al final e he quedado con 3 marcas: Masterclass, Ibili y Nordic Ware, no deja de ser una inversión fuerte, pero durarán toda la vida.

Cómo elegir (sin complicación):

  • Material: aluminio anodizado o acero al carbono grueso (≥0,8 mm); conducen mejor que la silicona.

  • Antiadherente de calidad (libre de PFOA). Aun así, forra con papel la base.

  • Color: los moldes oscuros doran antes; los claros dan cocciones más uniformes.

  • Desmontable con cierre firme y base lisa que no pierda líquido (prueba con agua).

  • Paredes altas (≥6–7 cm) para bizcochos; esquinas rectas para brownies.

  • Resistencia al calor (al menos 220–230 °C) y fácil limpieza.

Si no los tienes: Un aro de pastelería sobre bandeja forrada hace el apaño para tartas; para brownies, usa una bandeja con borde y ajusta tiempos (se hornea más rápido si es más grande).

Rejilla de enfriado

Por qué la necesitas: Corta la cocción residual y permite circulación de aire 360°. Evitas bases húmedas y cortezas blandas; las galletas quedan crujientes, los bizcochos respiran y los glaseados/baños se asientan parejo (goteo limpio).

Uso una rejilla tipo cuadrícula (grid) que encaja sobre la bandeja del horno para recoger el goteo. Cuando horneo varias tandas, apilo dos rejillas para ganar espacio.

Cómo elegir (sin complicación):

  • Acero inoxidable o acero con buen recubrimiento: durable y fácil de limpiar.

  • Cuadrícula cerrada (≈1–1,5 cm): soporta piezas pequeñas sin que se hundan.

  • Patas elevadas (≈2–3 cm) y estables; si son plegables, mejor para guardar.

  • Tamaño que encaje con tu bandeja estándar (aprox. 30×40 cm) y apta para lavavajillas.

  • Resistencia al calor (≥220 °C) si también la usas dentro del horno para deshidratar o crujientar.

Si no la tienes: Apáñate con la del microondas: eleva igual y deja circular el aire, perfecta para tartas y pequeñas hornadas de galletas.

Boles resistentes

Por qué los necesitas: Son el “campo base” de la repostería: mezclar, fundir al baño maría, enfriar, marinar. Un buen set te da estabilidad, no retiene olores y resiste calor.

Trabajo con un sets de 1 L, 3 L y 5 L, de acero para batir y baño maría; vidrio borosilicato para microondas y ver la masa.

Cómo elegir (sin complicación):

  • Acero inoxidable 18/8 o 18/10: ligero, duro, no poroso.

  • Vidrio borosilicato: microondas/horno (sin cambios bruscos de temperatura).

  • Base antideslizante o anillo de silicona para que no “baile”.

  • Borde enrollado y, si puedes, marcas de volumen internas.

  • Apilables y con pico vertedor en al menos uno del set.

Si no los tienes: Usa una cacerola limpia como bol y colócala sobre un paño para que no resbale.

Varillas de mano (batidor manual)

Por qué las necesitas: Emulsionan, incorporan aire y deshacen grumos rápido. Imprescindibles para ganaches, cremas, vinagretas, bizcochos cuando no sacas la batidora. La verdad es que lo recomendable es tener un globo grande para airear, francesa (más estrecha) para salsas, y mini para pequeñas cantidades.

En mi kit tengo tres uno globo grande para incorporar aire, mini batidor eléctrico para mezclas pequeñas en taza/cuenco, y batidor de silicona, ideal porque no raya. Con esos tres, voy sobrada.

Cómo elegir (sin complicación):

  • Acero inoxidable, alambres soldados y mango cómodo.

  • Globo (volumen/aire), francesa (más control), siliconada para antiadherentes.

  • Longitud 25–30 cm para boles medianos; una mini (15–20 cm) para tazas.

Si no la tienes: Un tenedor grande sirve para cantidades pequeñas.

Rodillo

Por qué lo necesitas: Para laminar masas de galleta, tartas, hojaldres y fondant con grosor parejo.

Tengo exactamente ese de metal con aros para guiar el grosor marcando los mm. Así no hay margen de error: mismo grosor y tiempos de horneado más precisos (ideal para galletas).

Tipos de rodillo y cuándo elegir cada uno:

  • Madera (clásico o francés sin asas)

    • Por qué elegirlo: control excelente y tacto cómodo. Difunde la presión de forma natural y es fácil de “sentir” la masa.

    • Ideal para: galletas, masas quebradas/tartaletas y fondant (con un espolvoreo ligero de maicena/azúcar glas).

    • Ojo: es poroso (absorbe algo de harina/olores) y no va al lavavajillas. Si la masa está muy pegajosa, puede adherirse más que otros materiales.

  • Metal (acero inoxidable/aluminio)

    • Por qué elegirlo: superficie no porosa e higiénica, fácil de limpiar y con peso que ayuda a estirar sin esfuerzo. Se puede enfriar unos minutos para mantener la mantequilla fría.

    • Ideal para: galletas de grosor uniforme, masas con mantequilla que agradecen frío y trabajos donde necesitas precisión.

    • Plus práctico: muchos traen anillos calibradores en milímetros para asegurar altura constante.

  • Mármol

    • Por qué elegirlo: muy frío y pesado, perfecto para mantener la masa fresca y evitar que la mantequilla se ablande.

    • Ideal para: masas laminadas o muy mantecosas (hojaldre simple, cruasanes caseros, empanadas finas) y para climas cálidos.

    • Ojo: es pesado, caro y más frágil; conviene usarlo con tapete de silicona o una mesa resistente.

  • Guía rápida para decidir

    • ¿Prioridad absoluta = uniformidad de grosor? → Metal con anillos.

    • ¿Quieres control y sensación en la mano para galletas y tartas del día a día? → Madera (francés).

    • ¿Tu cocina es cálida o trabajas masas delicadas que deben ir frías? → Mármol.

Si no lo tienes: Antes de comprar el mío me apañaba muy bien con una botella de vino limpia y fría.

Método, calma y postres que salen

Si algo he aprendido entre laboratorio y encimera es esto: la repostería premia la constancia. Con estas herramientas elegidas con cabeza, ganas control, ahorras tiempo y repites resultados: misma textura, mismo sabor, sin dramas.

Si te gustó la guía, te invito a:

  • Guardar este artículo para tenerlo a mano cuando equipes tu cocina.

  • Compartirlo con esa amiga que siempre pregunta qué molde comprar.

Gracias por usar mis enlaces. Son enlaces de afiliada: como afiliada de Amazon, gano con compras que cumplen los requisitos, sin coste adicional para ti. Solo recomiendo productos que uso de verdad en mi cocina; así mantengo estandarización y resultados constantes. Tu apoyo me ayuda a seguir creando contenido útil y honesto.